Cristo se acerca a la región de los gadarenos y salen a su encuentro dos endemoniados revelando así la verdadera identidad de Cristo. Otra versión de la revelación. Ahora son los mismos demonios los que dan a conocer quién es Cristo. Mientras que los hombres dudan en el mejor de los casos y en otros ignoran la identidad del Cristo-Mesías. Esta «confesión» demoníaca de ninguna manera previene su negación: los demonios conocen a Cristo pero niegan su amor y su voluntad de unirse con Él.