Apolitikio de la Fiesta. Modo 1º
En el Jordán, al ser bautizado, Señor, se manifestó la adoración de la Trinidad; pues la voz del Padre dio testimonio de ti, nombrándote su Hijo amado. Y el Espíritu, en forma de paloma, confirmó la verdad de su palabra. Cristo Dios nuestro, que te manifestaste e iluminaste el mundo, gloria a ti.
Kondakion de la Fiesta Modo 4°.
Apareciste hoy a la ecumene y tu luz, Señor, se grabó en nosotros que, con conocimiento te alabamos. Viniste, apareciste, ¡oh! luz inaccesible.
Lectura Apostólica
¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!
(Stíjo) ¡Dad gracias al Señor, porque es Bueno, porque es eterno Su Amor!
Lectura de la Carta de Pablo a Tito [2: 11 – 14; 3: 4 – 6]
Hijo mío Tito, Porque se ha manifestado la Gracia salvadora de Dios a todos los hombres. Que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la Gloria del Gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo; el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificar para Sí un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras. Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y Su Amor a los hombres, Él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según Su Misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por Su Gracia fuésemos constituidos herederos, en esperanza de vida eterna.
Modo 1º Salmo 28
Aleluya, (3)
Ver: ¡Aclamen la gloria del hombre del Señor, adórenlo al manifestarse su santidad!
Aleluya, (3)
Ver: ¡La voz del Señor es potente, la voz del Señor es majestuosa!
Aleluya, (3)
Lectura del Evangelio
Lectura del Santo Evangelio Según Mateo (3:13-15)
En aquel tiempo Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía, diciéndole: «Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!». Pero Jesús le respondió: «Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo». Y Juan se lo permitió. Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».