La Iglesia ortodoxa conmemora a San Blasios, arzobispo de Sebastia; a dos santos niños que acompañaron en el martirio a San Blasios y las siete mujeres; el hallazgo de las reliquias de San Zacarías el profeta; Teodora la Reina, quien defendió la ortodoxia y a san Jorge el serbio, nuevo mártir.
Lectura Apostólica
Por toda la tierra resuena su proclama, por los confines del orbe sus palabras.
Στίχ Los cielos cuentan la gloria de Dios.
Lectura de la Carta del Apóstol Pablo a los hebreos 4:14-16, 5:1-6
Hermanos, teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos -Jesús, el Hijo de Dios- mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna. Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdote, sino que la tuvo de quien le dijo: «Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy.» Como también dice en otro lugar: «Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec.».
Modo 1º
Aleluya, Aleluya, Aleluya.
(Stíjo 1) Celebran los cielos tus maravillas, Señor,
Aleluya, Aleluya, Aleluya.
(Stíjo 2) Dios temible en la gran congregación de los santos
Aleluya, Aleluya, Aleluya.
Lectura del Santo Evangelio según Mateo 10:1,5-8
En aquel tiempo, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: «No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.