Desde nuestra Parroquia de San Juan El Precursor, en la ciudad de Córdoba.
En este día 26 de Julio 2020, séptimo domingo de Mateo la Santa Iglesia Ortodoxa conmemora a los santos Hieromártir Hermolao, Hermipu y Hermocrates; Santa Mártir Parasquevis; Santa mártir Oreozela; Santo Padre Ignacio Stironitis y al Santo Apion de Jerusalén.
Evangelio del Matutino
Lectura del Santo Evangelio según Juan. (20:1-10)
El primer día de la semana, María Magdalena fue de madrugada al sepulcro, cuando todavía estaba oscuro, y vio la piedra quitada del sepulcro. Entonces corrió y fue con Simón Pedro y con el otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto.» Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, entró en el sepulcro y vio las vendas en el suelo y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que, según la Escritura, Jesús debía resucitar de entre los muertos. Entonces, Los discípulos volvieron a casa.
Apolitikio de resurrección Modo variante del 2°
Potestades angelicales sobre tu sepulcro y los custodios se petrificaron; y estuvo María en la tumba, buscando Tu cuerpo, inmaculado. Despojaste al Hades sin haber sido molestado por él; te encontraste con la Virgen, regalando la vida. Señor resucitado de entre los muertos, gloria a Ti.
De la Santa Paraskeví Modo 1º
Tu diligencia haz hecho que corresponda a tu llamado, oh tu que llevas tu nombre de tu virtud! Haz recibido tu homónima fe como residencia eterna, oh Campeona Paraskeví! Por lo cual destilas curaciones e intercedes por nuestras almas
Kondakion Modo 4°.
Protección de los cristianos invulnerable, intermediación ante el Creador inamovible, no desoigas las voces de súplica de los pecadores; mas adelántate, como bondadosa, a nuestra ayuda, que con fe te clamamos: apresúrate en intercesiones y acude pronto en súplicas; ¡oh! Madre de Dios que proteges a quienes te honran.
Epístola
Dios es Admirable en Sus Santos
(Stíjo) En las asambleas bendecid a Dios
Lectura de la Epístola del Apóstol Pablo a los Gálatas [Gálatas 3:23 – 4:5]
Hermanos, antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en espera de la fe que debía manifestarse. De manera que la ley fue nuestro pedagogo hasta Cristo, para ser justificados por la fe. Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos bajo el pedagogo. Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que os habéis bautizado en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abrahán, herederos según la promesa. Pues digo yo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo; sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre. De igual manera, también nosotros, mientras éramos menores de edad, éramos esclavos de los elementos del mundo. Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la condición de hijos.
Modo variable 2º Salmo 90
Aleluya. (3)
(Stíjo) Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso,
Aleluya. (3)
(Stíjo) Di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío».
Aleluya. (3)
Lectura del Santo Evangelio Según Mateo. (9:27-35)
En aquel tiempo, le siguieron a Jesús dos ciegos, gritando: «Ten piedad de nosotros, Hijo de David». Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: «¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?». Ellos le respondieron: «Sí, Señor». Jesús les tocó los ojos, diciendo: «Que suceda como ustedes han creído». Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: «¡Cuidado! Que nadie lo sepa». Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región. En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel». Pero los fariseos decían: «El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios». Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.