La soledad infinita del paralítico –tal como su fe, decisión y resistencia son las que llaman la atención del Maestro que se conmueve y a la vez se indigna por una vez más comprender el egoísmo de la humana raza. Por ello entre todos los enfermos se fija en el paralítico, por eso entabla diálogo, por eso le remite los pecados, lo libera y lo salva y, mientras tanto, lo cura.
