Martes 24 de noviembre, Divina Liturgia vespertina
La iglesia Ortodoxa conmemora a la Gran Mártir Katerina.
Apolitikio de la santa Modo variable 1°
Venid, exaltemos a la alabadísima novia de Cristo y guardiana de Sinaí, la divina Catalina; quien es nuestro socorro y apoyo. Porque, por el poder del Espíritu, con brillantez, hizo callar a los nobles mentirosos, y ahora, habiendo sido coronada como mártir, suplica para todos la gran misericordia
Kontakión del periodo Modo variable2°
El Templo limpísimo del Salvador, la alcoba preciosísima y Virgen, el sacro tesoro de la gloria de Dios, hoy ingresa a la casa del Señor, haciendo entrar con ella la gracia del Espíritu Santo; a quien alaban los ángeles de Dios, ella misma es la tienda celestial
La Epistola
Dios es Admirable en Sus Santos
(Stíjo) En las asambleas bendecid a Dios
Lectura de la Epístola de Pablo a los Gálatas [Gálatas 3: 23 – 4: 5]
Hermanos, antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en espera de la fe que debía manifestarse. De manera que la ley fue nuestro pedagogo hasta Cristo, para ser justificados por la fe. Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos bajo el pedagogo. Pues todos son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que fueron bautizado en Cristo fueron revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y son de Cristo, ya son descendencia de Abrahán, herederos según la promesa. Pues digo yo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo; sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre. De igual manera, también nosotros, mientras éramos menores de edad, éramos esclavos de los elementos del mundo. Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la condición de hijos.
Aleluya. Modo 1º
Aleluya, (3)
Vers: En el Señor puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor
Aleluya, (3)
Vers: Asentó mis pies sobre la roca, consolidó mis pasos
Aleluya, (3)
El Santo Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según Marcos (5:24-34)
En aquél tiempo, le seguía a Jesús un gran gentío que lo oprimía. Había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con numerosos médicos. Había gastado todos sus bienes sin encontrar alivio; al contrario, había ido a peor. Sabedora de lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Y es que pensaba: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.» Inmediatamente se le detuvo la hemorragia y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y preguntó: «¿Quién me ha tocado los vestidos?» Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime, ¿y preguntas quién te ha tocado?» Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad.»